Cómo conducir con una caja de cambios manual

Conducir un coche con caja de cambios manual es muy sencillo, solo hay que familiarizarse con el vehículo, aprender a alternar el acelerador y embrague al engranar la marcha, y escuchar el sonido producido por el motor que le permite comprender cuándo es necesario engranar una marcha más alta o más baja. Con el tiempo, se adquiere una cierta cantidad de seguridad para permitir una conducción suave y segura.

El mercado de la automoción es uno de los muchos sectores que ofrece una amplia gama de productos, con diferentes características, con el fin de satisfacer las necesidades de los clientes. Aquí puede encontrar vehículos equipados con caja de cambios automatica, manual y mixta. En este artículo vamos a entender cómo funcionan los coches con transmisión manual. Para comprender cómo conducir un automóvil con caja de cambios manual, primero debe saber cómo se engrana la marcha. Al observar las revoluciones del motor (la aguja en el velocímetro) y escuchar un ruido agudo, debe cambiar la marcha a la más alta.

Cuando las revoluciones en el velocímetro son bajas y escucha un sonido como si el automóvil estuviera a punto de apagarse, debe reducir la marcha a una marcha más baja. Este cambio se realiza pisando el pedal del embrague y al mismo tiempo soltando el pedal del acelerador, la marcha se engrana cambiando el palanca de cambios, suelta lentamente el embrague y al mismo tiempo presiona (siempre lentamente) el acelerador. La alternancia de freno y embrague es una acción cuya fluidez se adquiere con el tiempo y con cierto ejercicio, haciendo así más suave y segura la conducción. Engranando la marcha adecuada tienes, además de fluidez, un ahorro considerable de combustible y evitas la rotura de algunas partes del coche como el motor y el embrague.

El primero engranaje se utiliza para maniobrar, aparcar, en subidas empinadas y cuando hay que salir. En presencia de tráfico denso, curvas pronunciadas, intersecciones, paradas y en carreteras peligrosas, se deben utilizar velocidades bajas. Las marchas altas pueden utilizarse en autopistas o en cualquier calzada que lo permitan, evitando fatigar el motor, ahorrando combustible y conduciendo con mayor suavidad (respetar siempre las Limites de velocidad). Sin embargo, cuando se detiene en los semáforos, es conveniente poner el automóvil en punto muerto, evitando así daños en el embrague y el freno.

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