Cuando hace calor, la temperatura en el interior del coche solo tarda una hora en ponerse en peligro la vida.
Dejar a los niños en el coche durante el verano es altamente peligroso, pone en peligro la salud y, en los casos más extremos, incluso la vida. Y esto aunque el coche esté aparcado en zonas en la sombra. Desafortunadamente, cada vez hay más casos de olvido de niños en el coche, periódicamente también en España, pero el número más alto se registra en los Estados Unidos, donde mueren una media de 37 niños al año a causa de la hipertermia. Esto sucede cuando la temperatura corporal supera el umbral de 40 gradossin tener la posibilidad de dispersar el calor en el ambiente circundante.
Se llevó a cabo una Investigar para comprobar el tiempo que tarda un cuerpo en alcanzar el valor máximo de temperatura en el habitáculo. La prueba se hizo el tres tipos diferentes de coches, una económica, una minivan y una mediana. Se midió la tendencia de la temperatura en uno día el verano que registró 37 grados, en coches aparcados al sol y en zonas de sombra.
El coche en una hora alcanza los 47 grados de temperatura, convirtiéndose así en una trampa potencialmente mortal para los niños que quedan en su interior. El salpicadero también puede alcanzar temperaturas de 70 grados y el volante en su lugar más de 50, así como los asientos traseros y delanteros. Evidentemente todo este calor provoca el calentamiento global del ambiente interior del coche, provocando la sensación de falta de aire, dando como resultado asfixia para la gente de adentro. Los expertos, calibrando la investigación sobre un bebé de dos años, han establecido por tanto que dentro de una hora los coches se calientan mucho, incluso estacionados en zonas de sombra o sin contacto directo con los rayos del sol, por causar la muerte del niños que desafortunadamente se olvidan, se quedan sentados dentro del compartimiento de pasajeros del automóvil.
los posibilidad de supervivencia en lo que se convierte en una jaula de hierro con las ventanas cerradas al sol son muy bajas. El coche se convierte en un auténtico horno, la temperatura puede subir de 10 a 15 grados cada 15 minutos. Como lo demuestra el estudio de Universidad del estado de Arizonala situación cambia poco aún con las ventanas abiertas y en los días menos calurosos de primavera, provocando al pequeño una muerte atroz, por deshidratación y consecuente déficit cardiocirculatorio.